Somos adversarios de la coalición de Gobierno que encabeza la Señorita Michelle Bachelet Jeria, es decir somos opositores, pero ante la emergencia de un Perú que quiere apoderarse de una parte de nuestro mar patrimonial y una Bolivia que insiste en obtener una salida soberana al Pacifico, estamos a la disposición del Gobierno.
El territorio Nacional no puede ser objeto de cesiones ni de entreguismos, sobre todo aquellos que han sido regados con la sangre de nuestro pueblo, que tan caro nos han costado. Las posiciones internacionalistas de la Concertación han proyectado una imagen de debilidad que nuestros vecinos quieren aprovechar.
Alan García, Presidente de Perú, aquejado de una popularidad sumamente disminuida ha sacado del baúl de los “recuerdos” la Ley de Límites marítimos dictada durante la administración de Toledo para tratar de “frenar” en avance de la candidatura del nacionalista Ollanta Humala, logrando, además, un apoyo que no tenía.
Bolivia, encabezada por el cocalero Evo Morales, intenta utilizar el tema de la salida al mar de su país en un intento por distraer la atención sobre las inmensas divisiones que afectan a su administración, las virulentas acciones de lo aposición democrática y, ciertamente, del intente secesionista de muchas regiones.
Tampoco hay que echar en saco roto las permanentes incitaciones de Hugo Chávez, el dictador de Venezuela, que puede ver en este conflicto la manera de extender su presencia en el Continente, además de hacer más solidas las posiciones de sus aliados, fuertemente influenciados por su bolivarianismo- marxista.
La prensa de ambos países se está encargando de “enrarecer” y calentar el ambiente, incitando a la reapertura de las heridas de la guerra del 79. Los odios fomentados por un sistema educacional pueden aflorar de manera impetuosa, haciendo imposibles los intentos de mantener la situación en los canales diplomáticos.
Creemos que nuestra Cancillería, comandada por la Jefa de Estado, debe mantener una posición clara y de defensa intransable de nuestra soberanía, mientras la cartera de Defensa tiene que fortalecer la zona norte del país como una manera de disuadir a nuestros vecinos a no realizar aventuras irresponsables.
El Ministerio del Interior, que sostenemos debe cambiar de personeros, debe dejar de promover divisiones y crear situaciones de Unidad Nacional, pues de producirse un conflicto, Chile necesitará de todos sus hijos para defender la integridad de nuestro territorio.
Nos asisten todos los títulos para defender nuestras posiciones, tenemos el derecho internacional al lado de nuestra postura, pero sin duda alguna debemos estar preparados para situaciones difíciles. Chile es un país pacifico, pero no debe confundirse pacifismo con cobardía ni tampoco con estar dispuestos a aceptar “arrastradas de poncho”.
Solo descentrados mentales pueden querer que haya un conflicto bélico entre nuestros países, pero, lamentablemente la única manera de evitarlo es demostrando una fortaleza disuasiva potente, una preparación que impida episodios indeseados y una Unidad Nacional a toda prueba.
*****
A pesar de tener claras opiniones sobre quienes nos gobiernan y la calidad de su administración, hemos reemplazado en la edición de hoy las noticias nacionales por esta reflexiones, que esperamos sean escuchadas por la Autoridad, poniendo en marcha, inmediatamente, las medidas conducentes a “frenar” las ambiciones de nuestros vecinos sobre nuestro territorio.
El territorio Nacional no puede ser objeto de cesiones ni de entreguismos, sobre todo aquellos que han sido regados con la sangre de nuestro pueblo, que tan caro nos han costado. Las posiciones internacionalistas de la Concertación han proyectado una imagen de debilidad que nuestros vecinos quieren aprovechar.
Alan García, Presidente de Perú, aquejado de una popularidad sumamente disminuida ha sacado del baúl de los “recuerdos” la Ley de Límites marítimos dictada durante la administración de Toledo para tratar de “frenar” en avance de la candidatura del nacionalista Ollanta Humala, logrando, además, un apoyo que no tenía.
Bolivia, encabezada por el cocalero Evo Morales, intenta utilizar el tema de la salida al mar de su país en un intento por distraer la atención sobre las inmensas divisiones que afectan a su administración, las virulentas acciones de lo aposición democrática y, ciertamente, del intente secesionista de muchas regiones.
Tampoco hay que echar en saco roto las permanentes incitaciones de Hugo Chávez, el dictador de Venezuela, que puede ver en este conflicto la manera de extender su presencia en el Continente, además de hacer más solidas las posiciones de sus aliados, fuertemente influenciados por su bolivarianismo- marxista.
La prensa de ambos países se está encargando de “enrarecer” y calentar el ambiente, incitando a la reapertura de las heridas de la guerra del 79. Los odios fomentados por un sistema educacional pueden aflorar de manera impetuosa, haciendo imposibles los intentos de mantener la situación en los canales diplomáticos.
Creemos que nuestra Cancillería, comandada por la Jefa de Estado, debe mantener una posición clara y de defensa intransable de nuestra soberanía, mientras la cartera de Defensa tiene que fortalecer la zona norte del país como una manera de disuadir a nuestros vecinos a no realizar aventuras irresponsables.
El Ministerio del Interior, que sostenemos debe cambiar de personeros, debe dejar de promover divisiones y crear situaciones de Unidad Nacional, pues de producirse un conflicto, Chile necesitará de todos sus hijos para defender la integridad de nuestro territorio.
Nos asisten todos los títulos para defender nuestras posiciones, tenemos el derecho internacional al lado de nuestra postura, pero sin duda alguna debemos estar preparados para situaciones difíciles. Chile es un país pacifico, pero no debe confundirse pacifismo con cobardía ni tampoco con estar dispuestos a aceptar “arrastradas de poncho”.
Solo descentrados mentales pueden querer que haya un conflicto bélico entre nuestros países, pero, lamentablemente la única manera de evitarlo es demostrando una fortaleza disuasiva potente, una preparación que impida episodios indeseados y una Unidad Nacional a toda prueba.
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A pesar de tener claras opiniones sobre quienes nos gobiernan y la calidad de su administración, hemos reemplazado en la edición de hoy las noticias nacionales por esta reflexiones, que esperamos sean escuchadas por la Autoridad, poniendo en marcha, inmediatamente, las medidas conducentes a “frenar” las ambiciones de nuestros vecinos sobre nuestro territorio.