Los partidarios del Gobierno Militar, encabezado por el General Augusto Pinochet Ugarte, Q.E.P.D., celebraron el 11 con ceremonias litúrgicas, comidas, reuniones en lugares cerrados o sencillamente recordando en sus casas. Oraron por el futuro de la Patria, se alegraron por la inmensa obra del Gobierno Cívico Militar, manifestaron preocupación por los destinos de la Nación, además de encomendar a Dios el alma del líder que nos abandonó hace nueve meses.
Los marxistas y extremistas de izquierda recordaron la fecha con lo único que saben hacer, siembra de odio y divisiones, inútiles marchas de homenaje al borrachín en Presidente Allende, si ese que destruyó el país. A la caída de la noche, y ciertamente a rostro cubierto, cortaron el servicio eléctrico, hicieron barricadas, saquearon cuanto encontraron a su paso, destruyeron el amoblado urbano y agredieron con armamento pesado a Carabineros, uno de los cuales fue vilmente asesinado y 42 quedaron heridos.
Sin duda las diferencias son marcadas, los primeros, los que apoyaron a Pinochet, son gente honesta, trabajadora, patriota, preocupados por su pueblo, leales, y orgullosos de que su gobierno haya sacado al país de la destrucción en que lo dejaron, los mismos que hoy gobiernan, para encabezar un proceso de reconstrucción social, moral, político, institucional y económico que causó admiración mundial, llevando a cabo una transición ejemplar.
Los del otro lado, lamentablemente, solo aspiran a obtener el poder para subyugar a nuestra Patria, son agentes de internacionales de turbios designios, utilizan las necesidades populares para obtener el poder al que aspiran con ansias. Incapaces de convencer a nuestros compatriotas, solo son capaces de recurrir al matonaje y el terrorismo para lograr sus torvas intentonas. Sus motivaciones básicas son el odio, el engaño y el resentimiento.
Son dos mundos diferente, el de los unos, lleno de valores e ideales, basados en el amor a Dios y al prójimo, acompañado de fuertes ligazones con nuestro terruño, su historia y sus tradiciones. El otro, ateo, totalitario, apatrida y nutrido solamente por los más bajos instintos de que es capaz de cobijar el alma de los mas corruptos de los humanos.
Sin duda los primeros, aquellos que amamos a nuestra Patria y respetamos nuestra historia, somos más y mejores, lo que debe llevarnos a una simple pregunta ¿Porqué los otros nos ganan y son gobierno?, la respuesta es brutalmente sencilla, porque no estamos dispuestos a mentir, estafar y engañar a la ciudadanía para que vote por nosotros. Porque no estamos dispuestos a cambiar nuestros valores por poder y, sobre todo, porque consideramos que el populismo es utilizar los dramas humanos en beneficio propio.
Por nuestros valores, que son trascendentales, por la Patria, por nuestro pueblo, por el futuro de la generaciones jóvenes, por la existencia de oportunidades para todos, por la verdadera justicia social, es imperioso que los chilenos, esos con el corazón bien puesto, nos pongamos a trabajar para sacar de La Moneda a la pandilla de ineptos y corruptos que tanto daño hacen a la ciudadanía.
NOS OFRECEN CAMBIOS REVOLUCIONARIOS
Y NOS DAN SOLAMENTE ROBOLUCION.