De frescos es haberse pasado toda la vida defendiendo a los regimenes totalitarios de detrás de la Cortina de Hierro, disfrazados con nombres simpáticos como Republica Democrática Alemana, y fomentando, cuando no participando en actividades de terrorismo y violentismo, aparecer ahora tratando de colgarse de la imagen de la liberada Ingrid Betancourt y del reconocimiento internacional a su valor y entereza.
Creemos que es una actitud demagógica la del Gobierno de Michelle Verónica Bachelet, hoy ratificada por el Ministro de Relaciones Exteriores Alejandro Foxley, la de aparecer “encabezando” una moción para que se otorgue la ex rehén el Premio Nobel de la Paz. No dudamos de los merecimientos de la candidata, pero nos llena de dudas el doble discurso que ha tenido en Colombia y en Francia.
Pensamos, además, que es una inmoralidad de la Administración, que entre sus socios se encuentran entre quienes han sido permanentes defensores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, a pesar de saber las criminales acciones de la banda ligada al narcotráfico, sus infamantes secuestros extorsivos y sus permanentes ataques al pueblo colombiano.
Por moral, los que además para tratar de mantenerse en el poder están pactando con el Partido Comunista, creemos que debieran abstenerse de “usar” la liberación de los plagiados por acciones criminales del extremismo para tratar de obtener reconocimiento y prestigio internacional. No debemos olvidar, tampoco, que son los apologistas del Che Guevara, Fidel Castro, Chávez y toda la pandilla totalitaria roja,
Esta misma gente, que nunca ha demostrado piedad por los millones de víctimas que han causado sus ideas, menos por cierto han pedido excusas al mundo, traten de sacar provecho de una acción repudiable realizada por los que desde siempre han considerado sus compañeros de lucha y a cuya prédica de odiosidades han dedicado parte importante de sus vidas.
Si alguien merece cosechar este éxito sin duda es el Presidente Colombiano, Alvaro Uribe y los Comandos de su Ejercito, que con paciencia infiltraron a los elementos extremistas, los engañaron y lograron una liberación en una maniobra impecable, sin derramamiento de sangre, respetando la vida de los criminales, a la vez que cuidaron la de los “raptados”
Nosotros, humilde publicación chilena, felicitamos una vez más al Gobierno
Colombiano, a la vez de que le alertamos que se tirarán sobre estos “valientes” como una jauría de lobos hambrientos los pseudos defensores de los Derechos Humanos que pretenderán enlodar el valiente y audaz accionar de las Autoridades de ese país, cuyos vecinos apoyan y financian al terrorismo.