miércoles, enero 25, 2006

Parece que nos han vendido otra historia.

Socialismo en femenino

En el desatinado giro hacia la izquierda que vive Latinoamérica, la interrogante la abre Michelle Bachelet, recién electa presidenta en Chile. Bachelet no sólo es la primera mujer que ocupa ese cargo en el país austral sino la primera mujer socialista que asume la presidencia en todo el mundo y a través de todos los tiempos.
Bachelet es también la cuarta mujer en igualar la hazaña en el continente; la precedieron María Estela (Isabel) Martínez Perón, en la Argentina, Violeta Chamorro, en Nicaragua, y Mireya Moscoso en Panamá.
La nueva presidenta, sin embargo, llega a la primera silla con antecedentes que hacen temer; la prensa se ha encargado de vociferar que su padre fue un militar muerto debido a un infarto cardiaco causado por las torturas durante el régimen de Pinochet y Pinochet, sea como sea, fue el hombre encargado de derribar al socialista Salvador Allende, en 1973.
El general de la Fuerza Aérea, Alberto Bachelet era un militar cercano a Salvador Allende, y había sido designado por el mandatario como jefe de la Oficina de Distribución de Alimentos, clave en esa época de desabastecimiento.
Fue precisamente en los primeros años de gobierno del presidente de la Unidad Popular cuando Michelle ingresó en la Juventud Socialista.
Para Bachelet, la democracia en Chile no comenzó con el derribo de Salvador Allende, a sangre y fuego en La Moneda, sino con el cese del gobierno de Augusto Pinochet en 1990, quien efectivamente reprimió a los socialistas pero los cuales no precisamente se comportaban como corderitos.
La médica misma reafirmó ese punto de vista compartido por toda la izquierda. En su discurso de agradecimiento al pueblo por su triunfo, dijo: "Esta no es la primera vez ni la última que los chilenos asombramos al mundo. Tras 17 años de dictadura transitamos ejemplarmente (hacia) la Democracia".
Pero Michelle ha dicho también ahora que gobernará sin odios ni rencores, que dejará en el olvido hasta la prisión y las torturas que sufrieron ella y su madre (por apoyar activamente al Partido Socialista en la clandestinidad) y los años de exilio, primero en Australia y luego en Alemania del Este (RDA), la tierra de Clara Zetkin y de Tamara Bunke.
La trayectoria de la presidenta
En Leipzig, Bachelet estudió alemán (además domina con fluidez el inglés, el francés y el portugués) y prosiguió medicina en la Universidad de Humboldt en Berlín. En la RDA contrajo matrimonio con el arquitecto chileno Jorge Dávalos, padre de sus dos hijos mayores: Sebastián, que nació en 1978 en Leipzig, y Francisca, en Santiago en 1984. (Sofía vino al mundo en 1993 y es hija del epidemiólogo Aníbal Henríquez, su pareja estable durante más de tres años).
Regresó a su país en 1979 y en 1982 se recibió de Médico Cirujano en la Universidad de Chile.
Ha tenido una carrera activa en el Partido Socialista (PS); y desde 1995 hasta el 2000 integró el Comité Central. En 1996 fue invitada a estudiar al Colegio Interamericano de Defensa, en Washington D.C., Estados Unidos.
Durante las primarias de 1999 se hizo cargo de la campaña presidencial de Ricardo Lagos y en el 2000, se convirtió en Ministra de Salud. Dos años más tarde, Lagos la nombró Ministra de Defensa hasta su retiro para hacer su propia campaña por la presidencia.
Los puntos oscuros de su vida
Las interrogantes sobre su trayectoria se abren en los años 80, porque confluyen demasiadas casualidades. Fue en esa época que Bachelet se reveló como conspiradora y quizás -como algunos sospechan- hasta subversiva.
Desde 1979 y hasta 1990, estuvo incorporada a las labores de la ONG PIDEE (Protección a la Infancia Dañada por los Estados de Emergencia) encargada de ayudar a los hijos de las supuestas víctimas del régimen militar.
Una de sus mejores amigas y compañera de lides, fue la comunista Flor Lorca, detenida junto a su marido el 3 de septiembre de 1987 y condenados ambos por estar vinculado al atentado a Pinochet del año anterior.
El Pidee fue para Bachelet una buena plataforma para realizar otras actividades políticas y se destacó por organizar manifestaciones y marchas contra el régimen. (Quizás hasta estuvo entre las simpatizantes de "las madrecitas de la Plaza de Mayo"). Y acudió habitualmente a la protesta de los viernes realizada frente a La Moneda por su amiga Estela Ortiz -también del Pidee- en demanda de justicia por la muerte de su esposo, José Manuel Parada, ocurrida en 1985.
Según diversas informaciones, Michelle Bachelet mantuvo una relación sentimental con el ingeniero Alex Vojkovic, militante del partido comunista y vocero del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, hecho que ha admitido pero ha descartado tajantemente su participación en el FPMR y en cualquier acto de carácter terrorista.
Precisamente en los años que estuvo con él (1985-1986), se registraron las mayores acciones del grupo subversivo, como el frustrado desembarco de armamentos en Carrizal Bajo y el atentado a Pinochet.
Bachelet ha declarado que no participó en las actividades de su pareja y que "en ese tiempo estábamos todos contra la dictadura y no se hacían preguntas".
Bachelet también fue calumniada por sus enemigos políticos por presuntos vínculos en el secuestro de Cristián Edwards, hijo del director del diario El Mercurio Agustín Edwards, llevado a cabo el 9 de septiembre de 1991.
Tal expediente y las actitudes y declaraciones de Bachelet tienden a incrementar los temores de un resurgimiento del socialismo en Chile, una amarga experiencia para ese pueblo y para el mundo libre. Algunos, incluso, han advertido ciertos visos de autocracia y totalitarismo en la personalidad de la presidenta, la cual es muy celosa al demostrar y señalar que las decisiones las toma ella.
Otro factor que hace sonar las alarmas es la forma en que alcanzó el triunfo, o sea por el apoyo de la coalición integrada por cuatro partidos de centro-izquierda, (demócrata cristianos, socialistas, radicales y socialdemócratas) y su triunfo avasallador (por 7 puntos) en esta segunda vuelta al sumar los sufragios de los comunistas, estimados entre un 4 y un 4.5 por ciento.
Para tranquilizar los ánimos, Bachelet dijo ante las casi 200 mil personas congregadas en la Alameda: "quiero consolidar nuestro destino como país próspero y desarrollado, pero además construir una democracia más integrativa y con igualdad de oportunidades".
El "fenómeno Bachelet" surgió en el 2002, con la publicación de una foto de la Ministra tripulando una tanqueta del Ejército que inspeccionaba las labores de rescate durante una inundación en un suburbio capitalino.
Esa fotografía de ella con gorra de campaña, cubierta por un impermeable verde olivo y rodeada de militares, despierta suspicacia. ¿Será acaso con ese estilo de "ordeno y mando" y de "sólo yo" con el cual gobernará a Chile la nueva presidenta? Ojalá no lo sea. Perderíamos demasiado las mujeres, que hoy estamos de fiesta con una más de nuestro género ocupando el sitio de presidenta.
Confiemos en que Ricardo Lagos, que concluye su gobierno con un 75 por ciento de aprobación, tenga razón cuando llamó por teléfono a Bachelet y, además de felicitarla, le pronosticó que "tú capacidad nos va a permitir tener un gran gobierno".


http://www.diariolasamericas.com/Domingo/2006-01-22_Opinion_02.htm

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Los pueblos que no se defienden seguramente pierden sus libertades. http://reaccionchilena.blogspot.com/
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