miércoles, diciembre 30, 2009

Analisis electoral de Sergio Melnick.


Frei + Bachelet = 29,6%,
por Sergio Melnick.

Bachelet se la jugó por entero por Frei, más allá de lo prudente. Otro error más a la cuenta. No sólo puso toda la máquina gubernamental a trabajar por él, sino incluso a su propia familia, madre e hijo. Dos intendentes removidos por intervención, ministros desplazados a la campaña, otro trabajando para Frei incluso mientras se discutía su ley de presupuesto. Pero nadie la siguió; incluso bajó su popularidad del 80 al 77%. Entonces ¿cuál es el real liderazgo? Ahora desconoce a Frei, no ha emitido comentario alguno del resultado de su candidato, pero mandó a sus más cercanos colaboradores al comando, para estrechar la coordinación de la intervención electoral. Un comando preponderantemente de izquierda (Tohá, Aleuy, Solari, Carvajal, Lagos Weber, Narváez, Antonijevich), pasando una vez más por encima de la DC, y sin leer apropiadamente los resultados de la primera vuelta: curiosamente, a la DC le fue mejor que a la izquierda.


Pero la DC, que ha sido y es enemiga histórica del PC, se vuelve a humillar haciendo acuerdos con ese partido, que entre otras cosas ha perseguido a la fe donde ha podido. Frei padre e hijo, y la gran mayoría de la Falange, fueron acérrimos adversarios de Allende, apoyaron a los militares y participaron del gobierno al inicio. Hoy Frei se dice continuador de la tarea de Allende. ¿Quién lo puede entender?


La carrera no está aún ganada, pero la primera vuelta entregó mucha información. La Concertación sacó sólo 43% en diputados. Pero Frei + Bachelet sólo 29,6%. Es el candidato, entonces, y el claro deseo de alternancia. El gobierno de Bachelet, en las cifras que quedarán para siempre, ha sido el peor de todos los de la Concertación. Nadie duda de sus intenciones, pero su capacidad de gestión es mediocre. Ha masacrado la productividad y la percepción de corrupción ha subido año tras año.


Un gran ganador, a mi juicio, fue el sistema binominal. Con sus propias reglas, sin cambio alguno, ingresaron tres diputados comunistas al Congreso. Ya no hay “exclusión”. Nunca la hubo: o no tenían los votos, o era la Concertación la que no quería. Si lo hizo ahora, lo pudo hacer siempre.


Los radicales tienen un magro 3,7% y varios parlamentarios. Hubo algunos que ganaron por fuera, aunque la mayoría perdió. Claro, porque los países requieren estabilidad y grandes mayorías. La Alianza ha apoyado sistemáticamente las iniciativas legales de la Concertación. En todos los temas importantes siempre llegó a acuerdo. Incluso Longueira fue al salvataje de Lagos en su peor momento. Así se progresó. Pero todo se desarmó con la poca pericia política de Bachelet, que partió su gobierno despreciando a los partidos y cometiendo error tras error. Así aparecieron los díscolos y las fugas emblemáticas. La Concertación colapsó sin que hubiera necesidad de ello. Fue el inicio del fin. Las recientes elecciones resultaron elocuentes.


El affaire con el PC, que fue lejos su oposición más odiosa, le costó muy caro a la Concertación. Los comunistas nunca quieren transar, no tienen historia democrática, tienen vínculos con el terrorismo, siguen defendiendo el modelo cubano: en fin, están pegados en el mal pasado.


No hay sociedades ni sistemas políticos perfectos. Por ello, no hay que comparar realidades con utopías, ya que siempre ganarán las segundas. Lo que hay que comparar es una realidad y sus problemas, contra la otra y sus propios problemas. El sistema proporcional tiene virtudes pero también serios problemas, algunos de los cuales vamos a empezar a percibir en la próxima legislatura.


Finalmente, me sorprende que ME-O continúe hablando como si siguiera en campaña, descalificando a diestra y siniestra. Su votación fue extraordinaria, es verdad. Pero él aseguró que pasaba a la segunda vuelta, y no lo logró. Ni siquiera un solo parlamentario. Claramente perdió.


Fue un voto de protesta. Los ríos a veces se desbordan, pero después siempre vuelven a su cauce. La espuma sube, pero rápidamente se decanta. Es lo que va a pasar. Ahora viene la dura realidad. Su única opción realmente ganadora es que gane Piñera. Si gana Frei, habrá hecho un gran ridículo y será llevado a la hoguera política por la Concertación. Su mejor camino es transformarse en líder de la oposición, que reagrupe lo que quede de la Concertación, saque a sus dirigentes odiosos, y pacte alguna forma de gobierno de unidad, que es la proposición de Piñera. Sólo así se consolidan su propuesta y su poder de cambiar las cosas, pasa a la historia, y además se junta con los sapos de su mismo pozo.


miércoles, diciembre 23, 2009

Popularidad y votos no van necesariamente de la mano......



Creemos que se arrima a mal palo……

La nueva publicidad de Frei trata de usar a la Presidente Bachelet con miras a obtener que la popularidad de la Mandatario se le traspase a el en el balotaje del 17 de enero.

Nosotros, sin ser expertos electorales tenemos la sospecha que la simpatía que produce la Gobernante a un amplio sector de la ciudadanía no implica que ese “apoyo” tenga equivalencia en votos.

En las recientes elecciones Parlamentarias los candidatos de la concertación hicieron uso y abuso de la imagen de la Primer Mandatario y el oficialismo obtuvo su peor resultado en 20 años.

Creemos que la popularidad, por cierto sumamente efímera, se apoya en los efectos que es capaz de logar la amplia cobertura que tienen los mandatarios en su gestión pública y la maquinaria propagandística del Estado.

Patético resulta el caso de Ricardo Lagos Escobar el que al dejar el poder lo hacía con un sólido apoyo ciudadano y a los pocos meses la popularidad del ex mandatario se había esfumado.

En el caso de Bachelet las dudas surgen de la comparación, en las Presidenciales su candidato obtuvo el 29% de los sufragios, y en las Parlamentarias escasamente superaron el 43% de los votos.

Pretender que el apoyo recibido en las encuestas por Bachelet es un caudal electoral puede ser un error fatal, porque la gente percibe a la Mandatario bien intencionada pero rodeada de los tiburones de la concertación.

El único Gobierno de la concertación, que al dejar La Moneda tuvo una mala evaluación es el de Frei Ruiz Tagle, que curiosamente en las elecciones del domingo sacó el mismo porcentaje de votos que el de quienes apoyaron su gestión.

Frei, y los técnicos electorales de su partido, más los macucos de la concertación, debieron haber previsto que un mal candidato, lo apoye quien lo apoye, obtendrá un resultado penoso.

Como dato al margen queremos acotar que es falso que la concertación sea progresista, son un conjunto de camaradas y compañeros aburguesados por el poder y el dinero que los han momificado.

Instamos a nuestros compatriotas a ejercer el derecho a voto el 17 de enero, hacerlo con responsabilidad e informados, una quinta concertación sería fatal para las futuras generaciones.

lunes, diciembre 21, 2009

"A la caza de los últimos votos", por Ascanio Cavallo.


"A la caza de los últimos votos",

por Ascanio Cavallo


Publicado en Reportajes, La Tercera, 20-12-2009


El resultado de las presidenciales del domingo sembró, a pesar de su relativa elocuencia, más ansiedades que certezas entre los seguidores de los dos contendores de segunda vuelta. Por supuesto, hay una diferencia cualitativa entre la sensación de zozobra que circula por la Concertación y la impaciencia que acicatea a la Coalición por el Cambio.


El oficialismo siente que está a las puertas de perder el poder que ha retenido por dos décadas; la Coalición le teme, por sobre todo, a la puerta del horno. El resultado es que, menos de 24 horas después de los resultados, los dos conglomerados ya estaban embarcados en una frenética búsqueda de los votos faltantes. Y ambos, centrados en los 20 puntos de Marco Enríquez-Ominami.


La Coalición dio el primer golpe al reincorporar a sus filas a Paul Fontaine. La Concertación ha estado trabajando para responder con otros nombres. Esto confirma que la candidatura del diputado tuvo algún aspecto de pizarra en blanco, donde cada quien podía inscribir sus propios deseos. Algunos querían gastarles una broma pesada a sus propios sectores, y ahora regresan a ellos para ser recibidos con los brazos abiertos. ¿Por cuánto tiempo?


Otros habrán aprendido que con las elecciones no se juega, porque producen efectos perdurables y ahora, ardiendo de ganas de participar, no tienen candidato o no pueden retroceder de las bravas impugnaciones de la campaña. Vista hoy, esta segunda vuelta podría ser la que tuviese más abstención y votos inválidos en 20 años. También podría quedar registrada como el mayor ejercicio de oportunismo y travestismo en el mismo período. Para todo eso faltan 28 días.


El caso es que la romería por los votos de Enríquez-Ominami se puede entender como una necesidad táctica -o un signo de desesperación-, pero al costo de desconocer tanto el origen de su candidatura como la naturaleza de su proyecto. Y puede resultar un esfuerzo muy inútil, porque ya hay dos cosas claras: a) el diputado no apoyará a Frei ni a Piñera, so pena de disolverse en cualquiera de ellos, y b) si él mismo no puede controlar su votación, menos pueden hacerlo sus seguidores, ninguno de los cuales obtuvo ningún cargo de representación ni tiene el poder de negociar en su nombre.


La candidatura de Piñera lucha por los votos del diputado sabiendo que sólo tendrá los del grupúsculo que quería protestar contra la presencia ultramontana dentro de la Coalición, pero sabiendo, al mismo tiempo, que lo que necesita es poco y se puede obtener mejor con la imagen de triunfo que ya ha conseguido parcialmente.


La candidatura de Frei, en cambio, necesita mucho. Durante toda la campaña electoral, e incluso el mismo domingo de las elecciones, Frei no ha hecho más que retroceder, hasta topar por debajo de la línea crítica de los 30 puntos. Los conflictos de su comando, las descoordinaciones, los cambios de rostros, las desautorizaciones, lo redujeron a una imagen de perdedor y no pueden ser considerados hoy sino como síntomas de un problema estratégico mayor.


Como la derrota es huérfana, ese problema no ha desaparecido, sino que sólo se ha simplificado, y se está expresando en dos grandes disyuntivas.


La primera es instrumental, se refiere a los votos de Enríquez-Ominami y enfrenta a los (más) que sostienen que hay que ceder todo lo que sea posible a las propuestas del diputado con los (menos) que afirman que ese camino puede convertir al oficialismo en rehén de una minoría.


La segunda es más ideológica. Un sector (al parecer, mayor) de la Concertación, con apoyo de un segmento relevante del gobierno, propugna una segunda vuelta polarizada hasta el extremo, que resucite todas las confrontaciones, rencores y broncas de 40 años, de manera de arrinconar al mismo tiempo a la derecha y a los votantes históricos de la Concertación que andan enojados con ella. Otro grupo (al parecer, menor), también secundado desde el gobierno, sostiene que la satanización de Piñera carecería de eficacia simbólica, enervaría el proceso y, sobre todo, quebrantaría la identidad democrática de la Concertación. Una estrategia supone la "izquierdización" de la candidatura; la otra, su "re-centrización".


Antes de preguntar cuál es más rentable, puede ser prudente preguntar a cuál responde mejor el candidato: ¿Frei izquierdista, Frei centrista? ¿Cuál es más creíble, cuál más consistente con la historia, cuál más proyectable en el futuro? ¿O ninguna lo es? ¿Puede alguna de las dos, por sí misma, restañar la herida de haber obtenido casi la mitad de la votación que llevó a Frei a la Presidencia en 1993?


Ningún presidente ha sido reelegido nunca en votaciones democráticas en Chile. La vieja norma de "no repetirse el plato" puede ser poco práctica (como se demostró con Michelle Bachelet), pero tiene arraigo popular y expresión política. Lo que esto significa es que la carrera de Frei nunca fue más fácil, sino doblemente difícil, en comparación con otros candidatos presidenciales.


Y lo seguirá siendo.


( Cavallo es un destacado periodista, 30 años de experiencia, profesor universitarios, Decano de Periodismo, UAI.)

viernes, diciembre 18, 2009

Una tarea urgente para el próximo gobierno, por Juan Carlos Altamirano.


Una tarea urgente para el próximo gobierno,
por Juan Carlos Altamirano.

La campaña de Piñera nos promete «el cambio», en tanto la de Frei nos ofrece una «vida mejor». Sin embargo, si examinamos los programas, son escasas las propuestas en relación a reducir la brecha digital en nuestro país. Tampoco los medios de comunicación han incluido este tema dentro de la agenda de prioridades del futuro gobierno. Simplemente pareciera no haber conciencia de su trascendencia.

En el concierto mundial, los expertos en desarrollo económico, social y cultural, han repetido hasta la saciedad que es fundamental reducir la brecha digital si un país pretende alcanzar el desarrollo pleno. Aun más, las grandes economías están plenamente conscientes de que, si quedan rezagadas en la implementación de la revolución digital, perderían de inmediato su capacidad competitiva. Es así que actualmente las potencias mundiales, incluyendo Australia, Nueva Zelandia y gran parte de los países asiáticos, están invirtiendo millones de dólares con el objetivo de universalizar el acceso a internet a través del uso generalizado de la banda ancha de última generación. Por cierto, estas inversiones son subvencionadas por el Estado, pues entienden que internet no es un lujo, sino una prioridad nacional.

Hay que estar ciego para no percatarse que la digitalización está jugando un papel crucial en la vida moderna, transformando radicalmente el trabajo, el comercio, la salud, los servicios, la banca, la investigación, la ciencia, la cultura y la entretención. A su vez, el sistema educativo está siendo transformado por el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (las TIC). A nivel de la industria, la implementación de la tecnología digital permite bajar costos, mejorar la productividad, y aumentar las ventas. También, gracias al uso de intranet, webcast y publicidad online, la comunicación corporativa y la relación con clientes y consumidores están viviendo cambios profundos. Además, las TIC son hoy los grandes impulsores de la democracia, el desarrollo de la sociedad civil y la libertad de expresión.

Así, impresiona que los programas presidenciales no se hayan hecho cargo en profundidad de este tema. ¿Cómo se pueden desarrollar la igualdad de oportunidades, la movilidad social, la creación de empleos, el estímulo del emprendimiento, la creación de productos con valor agregado, la modernización del Estado, el mejoramiento de los servicios públicos, la participación ciudadana, si más de dos tercios del país se mantienen al margen de las ventajas que ofrece la sociedad digitalizada? ¿Cómo puede haber cambios sustanciales y mejorarse la calidad de vida, si más de dos tercios de la población no están “conectados” a la Web, y tan sólo un 30% tiene acceso a la diversidad informativa y de entretención que ofrecen los medios de comunicación electrónicos?

Chile necesita en forma urgente un programa de políticas póblicas que tenga como objetivo concreto la digitalización integral. No existe posibilidad de transformarnos en un país desarrollado y competitivo a nivel global, sin una visión de futuro y una planificación a largo plazo para alcanzar este objetivo. Me pregunto entonces: ¿cuáles son las políticas gubernamentales para complementar y asistir al sector privado, para que éste le proporcione un servicio de internet de calidad a todos los chilenos interesados en surgir y desarrollarse como personas? Incluso nuestra infraestructura de telecomunicaciones ya se encuentra atrasada frente al impresionante up grade que está experimentando la industria en los países avanzados. ¿Dónde están las políticas de Estado para aminorar esta brecha? ¿Dónde los incentivos para que surjan miles de empresarios jóvenes dedicados a crear contenidos digitales? ¿Qué está haciendo el Estado para terminar con el analfabetismo digital? Es fundamental contar con un ministerio dedicado exclusivamente a las telecomunicaciones y al desarrollo de las TIC, como en todos los países avanzados. Es anacrónico mantener el actual Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones cuando ambas carteras son diferentes.

Para extender, reforzar y modernizar la infraestructura de las comunicaciones y de la información digital, es fundamental que el tema se transforme en una prioridad nacional. Esperar que el mercado asuma plenamente este desafío, sería una verdadera irresponsabilidad. Ahora la pelota la tiene el próximo Presidente. Así de simple.

jueves, diciembre 17, 2009

El desteñido arcoíris…….cada vez más rojo.


El desteñido arcoíris…….cada vez más rojo

El arcoíris de la concertación ha ido perdiendo sus colores, cada vez es más preponderante el rojo y menos significativos aquellos que representaban la diversidad que han ido perdiendo por actitudes sectarias, poca renovación de cuadros y una exaltación permanente a la personalidad de quienes aparecen como sus líderes.

Han bastado cuatro Gobiernos, bastante mediocres por cierto, para que la concertación demostrara su escasez de ideas y para que afloraran las ideas totalitarias de quienes manejan esas colectividades que dieron un portazo a la democracia interna, terminaran con los consensos y se produjeran los quiebres que hemos visto.

La concertación, muy desgastada por las luchas internas por el poder, ha perdido el piso político para aspirar a Gobernar por quinta vez, ya no son capaces de ofrecer esa Gobernabilidad de que hacían gala, como fuerza política sentimos que han dejado de tener vigencia y proyección en un electorado cada vez más desinteresado en ellos.

Los resultados de las elecciones del domingo 13 parecen ser bastante claros, su abanderado en la carrera presidencial alcanzó un modesto 29% de apoyo ciudadano, a pesar de la brutal y burda intervención electoral del Gobierno de Bachelet, en las Parlamentarias lograron un respaldo un poco mejor, pero dejándolos como minoría.

Creemos importante llamar a nuestros conciudadanos a votar en la segunda vuelta, para ejercer ese derecho deber de elegir a nuestras Autoridades con seriedad, manifestando una preferencia útil que implique terminar con estos 20 años de frustraciones y engaños.

Frei no solo es un mal candidato por su escasa simpatía y la mediocridad que demostró en su sexenio, es un sujeto que ha renegado de las raíces católicas de su partido para asociarse con cualesquiera que le permita satisfacer sus desmedidos afanes de poder.

Ya se aliaron con los comunistas, a los que les regalaron 3 Diputados en las últimas elecciones bajo el pretexto de terminar con las exclusiones, la coalición oficialista ha dejado de tener el colorido variopinto para transformarse en una sinfonía de rijos.

Consideramos que la única posibilidad de un cambio real, que implique que gente nueva sea convocada a las funciones Gubernamentales, la representa Piñera, que, con ideas frescas y proyectos serios, pueda sacar al país del conformismo en que le ha sumido el oficialismo.

En estos 30 días que faltan para la realización del balotaje recurrirán a todos los trucos posibles para evitar la necesaria alternancia en el poder, utilizando todos los recursos del Estado, mintiendo descaradamente y emporcando aún más a la actividad pública.

Tengamos claro, Eduardo Frei fue un mal Gobernante, su administración tuvo muestras claras de corruptela, su incapacidad como estadista quedo demostrada en el absurdo amarre de nuestra matriz energética al inseguro gas Argentino, dejó legiones de cesantes.

Como candidato no ha demostrado nada mejor, a falta de argumentos ha debido cobijarse bajo las polleras de la Presidente Bachelet, esa misma a la que hace un par de años criticaba ácidamente, y su gran argumento es la explotación del cadáver de su padre.


jueves, diciembre 10, 2009

Hace tres años.....


Hace tres años…..

Hace tres años murió un grande entre los grandes, el egoísmo, el odio y el sectarismo de Bachelet le negaron los honores que se merecía por haber salvado al país de la tiranía que quería instaurar Allende, por haber reconstruido una Nación que dejaron destrozada, por habernos devuelto una Patria institucionalizada y funcionando.

El pueblo de Chile, agradecido por la nobleza de aquellos que no querían participar el las luchas políticas, que no sabían de las artes de Gobernar, que lo entregaron todo por sus compatriotas, valoraron el sacrificio de nuestros hombres de armas y le dieron una despedida principesca, con decenas de miles de ciudadanos volcados en la Escuela Militar.

Según reportes oficiales casi 100 mil personas desfilaron ante el féretro con los restos del General Pinochet, unas 70 mil personas firmaron el libro de condolencias dispuesto en el recinto militar, decenas de miles de chilenos no pudieron asistir a esta ceremonia, por haberse producido el deceso de este hombre grande un día laboral.

La historia recienta ha sido grotescamente falseada, los acontecimientos burdamente manipulados, las realidades reemplazadas por una chusca patraña, pero, sabemos la historia en algún momento reconocerá la obra magnifica del Gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden que dignamente fuera encabezado por el Capitán General.

No dudamos que en el panteón de la Patria, aquella que tanto desprecian y desprestigian algunos, las cuatro espadas liberadoras, Pinochet, Merino, Mendoza y Leigh, acompañarán a los O´Higgins, los Carrera, los Rodríguez y a tantos otros héroes de nuestra historia, devolviendo a la verdad ese lugar que nunca debió perder.


jueves, diciembre 03, 2009

Usted fue comunista. Ahora votará por Sebastián Piñera. ¿Dónde está la consecuencia en usted?.

Roberto Ampuero: “Yo reclamo el Derecho a ser converso”



De miembro de la Juventud Comunista a hacer puerta a puerta en Olmué por Sebastián Piñera. De la Cuba castrista y la Alemania Oriental a Iowa. El autor de Nuestros años verde olivo habla de su cambio político, de su apoyo a la Coalición y dice que la “transición se cierra con la llegada de la centroderecha al gobierno”.

Al novelista y ensayista, un día se le ocurrió desdoblarse en un policía, Cayetano Brulé, para crear novelas negras. Así nació ¿Quién mató a Cristián Kunstemann y toda una serie que culmina con El Caso Neruda con el que se ganará, sin duda, el desprecio de los más nerudianos.

Pero a este hombre alto y macizo, locuaz como pocos, no le importan las críticas que le llueven. Su aspecto no revela en nada su oficio, ni los avatares que ha sufrido. Más que escritor parece un funcionario público o un empresario, tal vez. Exitoso, eso sí.

Roberto Ampuero nació en Valparaíso hace 56 años. Y ha tenido una vida como de personaje de la más dramática novela. Estudió en el muy disciplinado Deutsche Schule porteño. Su vida dio el primer gran vuelco cuando se fue a Santiago para estudiar en el Pedagógico Antropología Social en las mañanas y Literatura Latinoamericana en las tardes. Ahí se matriculó en las Juventudes Comunistas (JJ.CC).

Para el golpe militar se fue a Macul. Estaba rodeado de militares con escopetas. Quería encontrarse con sus compañeros. Pensó que estarían armados, dispuestos a dar la lucha para la que se habían preparado. “Porque habíamos participado en esos cursos de defensa para-militar -explica-. Pero no había ni un dirigente, ni un arma”.

Luego se fue a Alemania Oriental con una beca a la U. Karl Marx de Leipzig. Poco después logró cumplir su sueño: vivir en Cuba. En la U. de La Habana se graduó Bachelor of Arts en Literatura Latinoamericana y, con apenas 20 años, se casó con una joven cubana de 18. El matrimonio duró menos de dos años, pero les dio un hijo, Fernando, que ahora vive entre Cuba y Chile y lo ha hecho abuelo dos veces. Más tarde volvió a casarse, esta vez con la ex embajadora de Guatemala en Alemania, Ana Lucrecia Rivera Schwarz. Con ella tiene dos hijos más: Ignacio y Jimena y, según dice, 20 años felices.

-Es falso que estudiar en Cuba sea gratis. Se paga con trabajo. Estudiaba medio día y trabaja el resto. Primero fui obrero de la construcción cerca de un año. Después logré hacer clases de alemán en un departamento de capacitación en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Eso lo conseguí con ayuda de mi suegro que era muy poderoso y muy amigo de Fidel. Cuando me divorcié, quedé cesante. Sin casa, sin libreta de abastecimiento. Afortunadamente había un centro de obreros que estaban preparando para enviarlos a Alemania Oriental porque allá necesitaban mano de obra barata y en Cuba había mucho desempleo. Viví en ese albergue enorme, con unos 50 obreros, enseñando alemán. Ahí tuve techo, comida, cama y como 20 dólares mensuales.

A poco de estar en La Habana, Roberto Ampuero se desilusionó del comunismo. Explica:

-Me desencantó, viniendo de Chile que era un país democrático hasta el once de septiembre, ver que Cuba no era democrática. No había diarios de oposición, las radios todas controladas por el Estado, no había ni siquiera Parlamento comunista. Las Fuerzas Armadas subordinadas absolutamente al Jefe, Fidel Castro. Y todos los mecanismos de la sociedad organizados para la defensa de la revolución y el aplastamiento de las fuerzas contrarrevolucionarias.

Y sigue, sin pausas:

-Uno estaba pidiendo para Chile libertad de expresión, partidos políticos, no al exilio, no a la tortura, no más presos políticos. Y lo terrible es que cuando uno planteaba su discurso contra Pinochet, se daba cuenta que lo que estaba diciendo era profundamente anti Castro, porque estabas pidiendo algo que para Chile era volver a la democracia y en La Habana eras contrarrevolucionario. ¿Se podía exigir esto para Chile y callar lo que pasa allá?

- ¿Echa la culpa a Estados Unidos de la pobreza en Cuba?

-Podría culparlo de muchos de los problemas de pobreza en Cuba, pero cuando en Cuba no hay mangos, ni bananos ni ninguna fruta tropical, es porque algo está fallando: el modelo económico establecido. Las cooperativas que se formaron nunca recibieron los insumos que necesitaban. El Estado cubano se encargó de expropiar y nacionalizar tierras, en función de la producción azucarera. Pero nunca se entregaron tierras a los campesinos. Fidel ha tenido siempre miedo a la economía privada. Lo central es la ineficiencia del sistema. No hay ni un país socialista en el mundo que no tuviese serios problemas de desabastecimiento.

Tras seis años en la isla logró irse a Alemania Oriental con la esperanza de terminar en Alemania Occidental. No era cosa fácil: le tomó tres años llegar al otro lado del muro. En una escuela cerca de Berlín -conocida por los adversarios como “el monstruo rojo”- hizo estudios ideológicos. Más tarde, ya en Berlín Occidental, logró postgrado en Literatura, Economía y Política en la Humboldt Universitaet.

Un cambio sufrido

-Usted fue comunista. Ahora votará por Sebastián Piñera. ¿Dónde está la consecuencia en usted?

-Tengo serias reservas frente a la palabra “consecuencia” en términos políticos. La consecuencia no es un valor en sí. Nadie más consecuente que Franco, Pinochet, Stalin y Hitler. Yo estoy por un ciudadano independiente que ajuste su visión a la realidad de lo que está ocurriendo en su país. Hay momentos en que determinada persona es la mejor para gobernar y eso no significa que el ciudadano, en este caso yo, tenga que comprometerme de por vida. Me tratan de presentar como alguien que cambió ayer, o con la caída del muro de Berlín. Mi desarrollo viene desde hace 37 años. Es un cambio de largo aliento, muy sufrido.

-Pero es que ha dado muchos saltos geográficos e ideológicos. De Allende a Piñera… De Cuba a Estados Unidos.

-De Allende y todo lo que es el castrismo, a una crítica al socialismo que se convierte en una opción socialdemócrata.

-Durante el gobierno de Allende ¿no tuvo ninguna crítica?

-Pensé que lo que pasaba era culpa de la derecha y de Estados Unidos. Con los años me di cuenta de que el error fue pretender cambios revolucionarios con el 36 por ciento de apoyo. Segundo, tratar de imponer un modelo económico que estaba fracasado y que fracasó el año 89 a nivel mundial en forma estrepitosa. Y quitar al sector privado sus tierras e industrias para manejarlas ineficientemente.

-¿Sigue enojado con la Presidenta Bachelet porque fue a Cuba a la Feria del Libro donde estaban vetados Confieso que he vivido de Neruda, Persona non grata de Edwards y Nuestros años verde olivo?

-Lo que me molestó es que antes que llegara la Presidenta al stand chileno con Raúl Castro, un miembro de la defensa personal de Castro entra y pone mi libro para que sobresalga un poco. Y luego Castro lo toma y se fotografía con la Presidenta con mi libro en las manos. La foto estuvo en la web del gobierno hasta el diferendo con Fidel por el tema de mar para Bolivia. Lo que me dolió fue el mensaje subliminal “Ampuero, mientes. Tu libro no está prohibido en Cuba”.
el cierre de la transición

-Usted votó por Lagos. ¿Y por Michelle Bachelet?

-No. Ahí voté por Sebastián, pero callado, como lo hacen muchos hoy viniendo de la izquierda.

-¿Por qué apoya a Piñera?

-Por varias cosas. Una de ellas, por saber ganarse la vida sin ser funcionario público. Eso en un Presidente marca. También voto por él porque tiene un programa muy claro. No está diciendo votemos contra la Concertación, sino votemos por ese programa.

-Usted dijo que ningún escritor de derecha podría obtener el Premio Nacional de Literatura. ¿Esa es una de las razones por las cuales votará por Piñera?

-No. El Premio se da cuando la gente ya tiene muchos años así que sería una pésima opción. Voto por Piñera porque es muy sano e importante para el país que la centroderecha entienda que la cultura no es un monopolio de la izquierda. Que es muy importante que haya estado en la oposición contra el régimen militar, y votado por el “No”. Lo he conocido y estoy seguro de que va a marcar una revolución dentro de la cultura en Chile.

-¿No le afecta que lo apoye la UDI que fue pinochetista?

-La UDI apoya el programa de Sebastián. Y si tienen diferencias las verán, como en cualquier coalición.

-¿A qué embajada aspiraría?

-A ninguna. Soy muy feliz donde estoy, en Iowa city. Con mi mujer no podríamos dejar a nuestros hijos.

En la Universidad de Iowa dicta un curso de literatura creativa, y escribe desde las 7 de la mañana, incluso los domingos, tres horas diarias. Ahí salió, entre otras, Pasiones griegas que define como “una novela erótica política”. Ha sido traducido al alemán, francés, inglés, italiano, chino, sueco, portugués, griego y hasta croata. Se declara feliz en EE.UU. y sólo desea terminar su vida en Chile. En Valparaíso, para ser más precisos.

-¿Qué opina de la ministra de la Cultura, Paulina Urrutia?

-Creo que lo ha hecho muy bien. Pero -y esa crítica va también a la ministra- después de 20 años se han formado centros de poder en la institucionalidad cultural de Chile que ha llevado a que un creciente sector de los creadores de Chile deban tener un grado de parentesco o relación ideológica con el poder para obtener premios, invitaciones… En eso la Concertación ha fallado en los últimos años. Un gran reto para Piñera será abrir el mundo de la cultura.

-Usted ha tenido una fuerte inquietud por lo social. ¿Cree que la derecha la comparte?

-Ese es un gran reto para la Alianza. Tiene que demostrar que su discurso social es realmente efectivo, que va más allá de lo que en un momento dominó su pensamiento: lo que se llamó la “política del chorreo”. Si esta derecha logra que se elimine la pobreza en forma considerable, dará un gran paso. Si no logra demostrar su sensibilidad social con resultados concretos, esta Alianza tendrá serios problemas para volver a La Moneda.

-Además -se entusiasma- voto por Sebastián porque creo que la transición a la democracia en Chile se cierra en forma ideal con la llegada al gobierno de la centro-derecha.

-¿Qué piensa de Eduardo Frei?

-Es un hombre serio y honesto. Su gobierno no arrojó resultados muy felices por el manejo de la crisis asiática.

-¿Marco Enríquez-Ominami?

-Su gran déficit: carece de equipos para gobernar. Y me preocupa mucho la influencia excesiva que veo en él de parte de Max Marambio, una persona muy vinculada al régimen cubano y a Hugo Chávez. En caso de gobernar -que no lo creo-, pondría a Chile en una situación internacional muy complicada.

-¿Y Arrate?

-Arrate me parece un gran caballero, incapaz de criticar a los socialismos reales. Me impresiona que defienda a Castro. Mi cambio político es un proceso muy largo, pero él hasta hace muy poco fue ministro en gobiernos de la Concertación, es parte del establishment del poder en Chile y de repente aparece completamente ajeno a ese poder. Y se hace comunista pero dice que no es comunista. Muy contradictorio.
Definiciones

-De todos los premios que ha recibido, ¿cuál es su preferido?

-Hijo Ilustre de Valparaíso.

-Si dependiera de usted, ¿a qué escritor le daría el Premio Nacional de Literatura?

-A Isabel Allende en narrativa. Y en poesía a Óscar Hahn. Es increíble que Roberto Bolaño no lo haya recibido.

-¿Qué crítica a Nuestros años verde olivo le dolió más?

-No me duelen. Son parte del juego. Me molesta que muchos crean que cambié ayer.

-¿Qué escritores(as) chilenos(as) actuales prefiere?

-Los ya nombrados y Pablo Simonetti, Carla Guelfernbeim, Rivera Letelier, Jorge Edwards y Zambra. Jaime Collier me parece un extraordinario cuentista

-Si supiera de alguien que va a leer un solo libro en su vida, ¿cuál le aconsejaría?

-Don Quijote, sin duda. Sobre todo la segunda parte.

(Fuente: Revista El Sábado, El Mercurio)

Por Raquel Correa.

martes, diciembre 01, 2009

Primera vuelta con freno de mano, por Gonzalo Müller.

Primera vuelta con freno de mano, por Gonzalo Müller.

Extraño ha resultado este final de campaña. Normalmente el ritmo en esta etapa debiera ser creciente, con los candidatos desplegándose completamente en terreno, y aumentando sus propuestas y ofertas electorales. En cambio, vemos que parece que las campañas han entrado en pausa, preocupados los comando más de mantener lo que ya han logrado, y varios con la mente puesta en la segunda vuelta.

Pero justamente porque los candidatos parecieran ir con freno de mano, si vamos revisando la situación de cada uno de ellos quizás podremos entender su comportamiento.

Sebastián Piñera hace rato siente que, salvo un error propio, la elección presidencial va camino a instalarlo en La Moneda; esto explica que prácticamente no corra riesgos, y se vea bastante moderado en el despliegue comunicacional y físico de su campaña. Su posición de privilegio en las encuestas le augura una primera vuelta holgada, con más de 10 puntos de ventaja sobre Frei, quien es hasta aquí su más probable rival en enero. Este escenario es el de mayor comodidad y seguridad para Piñera, por la gran diferencia en las dinámicas internas de ambas candidaturas, una marcada por la unidad y la otra que va a llegar a diciembre con los mismos conflictos internos con los que comenzó. Así, poca novedad se espera de Piñera en estas 2 semanas antes de la elección; lo de él es aguardar la segunda vuelta. Ello parece razonable, por lo único de su escenario: siempre la Alianza había tenido que luchar y marcar el ritmo de las campañas para obtener su votación; ésta es la primera vez que el ritmo natural, lo cotidiano, jugará a favor de Piñera, y que la necesidad de sorprender y sumar votos están en los demás.

Para Eduardo Frei, la cosa no es muy distinta: sabe que congelar la actual situación le permite pasar a él a segunda vuelta, pese a todas las dificultades internas y externas que ha debido enfrentar. ¡Qué distinta esta elección a la que le tocó el 93, donde siempre contó con la suerte a su favor y donde, sin gran esfuerzo, se hizo no sólo de la Presidencia, sino que se transformó en el Presidente hasta ahora más votado por los chilenos! ¡Qué poco queda del Frei del 93! Hoy cuenta con menos de la mitad de ese apoyo. Mientras, ya se escuchan en el comando del candidato oficial de la Concertación las voces de cómo se prepara para segunda vuelta y cómo renovaría sus equipos.

¡Qué duda cabe de que Marco Enríquez-Ominami ha hecho de esta elección una elección diferente! Cambió el eje de Concertación v/s Alianza, agregando un contenido generacional y transversal, de que no sigan los mismos de siempre, que ha calado hondo en la ciudadanía y que lo ha llevado a disputar una opción de pasar a segunda vuelta. Así lo ha demostrado en los debates y en su propia franja, donde, además de promover su opción presidencial, la ha identificado fuertemente con el cambio. Pero la duda de si pasa o no a segunda vuelta es muy fuerte todavía; debiera ser el más arriesgado en propuestas y oferta, pero al parecer el vértigo de su campaña y las limitaciones de equipo y recursos, le han hecho muy difícil transmitir su mensaje. De pasar a segunda vuelta, es el candidato que más complica a Sebastián Piñera, al que no sólo le acorta bastante la diferencia en votos, sino que también en atributos.

En el caso de Arrate, se hace evidente su cambio de discurso, desde el candidato de izquierda que le interesaba poner temas en la agenda pública, a un candidato funcional, cuyo principal interés es seguir siendo relevante en segunda vuelta, ahora sin estar en la papeleta. Para esto ha hecho llamados a la unidad y a la responsabilidad política, para evitar a toda costa el triunfo de Piñera, lo que resulta al menos curioso proviniendo de alguien que se descolgó y rompió con su Partido Socialista y con la Concertación, para ser candidato presidencial.

Así, a 13 días de la elección las diferentes estrategias apuntan a contener el ritmo y guardar las balas de plata para enero... aunque alguno se puede quedar con las balas en el cajón.

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