viernes, noviembre 19, 2010

¿Oiga, esta micro va a?... suba nomá jefe. por Matías Carrozzi.


¿Oiga, esta micro va a?... suba nomá jefe.

por Matías Carrozzi.


No tengo la menor idea si es bueno, regular o diabólico el que a pocos les interese si nuestras autoridades y dirigentes diseñen sus mensajes tomando en cuenta sus convicciones, por lo que tú y yo digamos a la pasada en una encuesta o porque es “trending topic” en las redes sociales, lo que si preocupa (a mi por lo menos) es lo arriesgado que resulta determinar para dónde va la micro, políticamente hablando.


Todas las micros los dejan bien. ¿Pasa por la ANFP?... suba nomá jefe. Voy a la villa los miserables… lo dejo en la esquina. Vamos a plantear una nueva derecha, ¿me sirve?... si, ahí tengo la parada.

Conferencias, visitas, actos, seminarios (y cualquier otra acción de propaganda) se plantean desde y dependiendo de la cantidad de clics en el “compartir” que los medios de comunicación ponen a disposición de sus lectores. Mientras más compartan, más modificaciones sufren las agendas. Ejércitos de personas escudriñan los blogs, twitter, facebook, etc, para saber qué se dice. Es más, estos mismos ejércitos de la banda ancha lanzan como suyas ideas amasadas en los hornos estratégicos de partidos y políticos a fin de saber (antes de lanzarlas al mundo de a pie) si tendrán el éxito o repercusión deseados.


A este ritmo las conquistas políticas ya no dependerán del voto. Es más, estoy casi seguro que las elecciones son un estorbo para la política instantánea. Es innegable el pánico que representa esperar sentados dos o cuatro años para saber la opinión de la gallada. No pues, mejor medir minuto a minuto la popularidad y saber a tiempo qué está de moda para arreglar la carga y minimizar los peligros de las urnas.


¿De qué otra forma podrían justificar lo del mar para Bolivia, la nueva derecha, la reelección presidencial, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el voto voluntario y demás “salidas” del último tiempo?. Ojo, sin caer ni recurrir al cliché del “abrir los temas” ya que esa frasecita es tan vacía como ofensiva para quienes tenemos más de dieciocho dedos de frente y entendemos que nada en política es al azar.


No se equivoquen, los principios políticos no volverán a ser invocados con seriedad mientras la democracia de las encuestas siga reclutando promotores. ¿No me creen?. Si es cosa de ver cómo son descalificados quienes se aventuran a insinuar conceptos como ideal, valor, consecuencia, diferencia, honor o responsabilidad.


Mátenme si quieren, pero pienso que lo que hacen oficialistas y opositores para amplificar su popularidad le hace un daño descomunal a la política y, fuerte y claro, sin política no hay trofeo.


Si para mantener el poder hay que subir los impuestos, se subirán los impuestos. Si para mantener el poder es necesario cambiarle el nombre a la Alameda por Av. Violeta Parra, se le cambiará el nombre pues. Si para mantener el poder es necesario que el día de la piscola sea feriado, se dará el feriado.


Manifestar las diferencias no es ni rasca ni anacrónico, es únicamente dejar que el pueblo distinga y decida si le gusta lo que propones y haces. Si lo que propones y haces es sólo lo que las encuestas indican, por duro que suene, no serás más que un proyecto sin esplendor ni alma propia.


Ya, eso sería, que tengan un muy buen fin de semana y, si Dios quiere, leeré cientos de comentarios destruyendo este bodrio. Salud.

Tomado de Diario La Tercera.

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